lunes, 24 de agosto de 2015

Divagaciones, cambios y pausas.

Gran pausa... Tenemos muchas entradas pendientes. A veces el tiempo y las circunstancias te empujan y no te dan tregua. Es difícil encontrar un momento para tantas cosas por hacer, proyectos a medias y la necesidad de descanso. Nos falta un poco de organización, en ello estamos.

Hace unos meses que han cambiado los horarios laborales en esta casa. Ya no hay fines de semana, ni puentes, ni días señalados de fiesta. Ahora tenemos turnos y llevamos el calendario encima para saber los días libres. Me ha costado el cambio, a los niños también, pero a mi sobretodo. La parte positiva es que tendremos una semana libre algunos meses al año.

Y nuestro último gran cambio trata del disfrute de esos días libres. Antes hacíamos rutas con nuestra autocaravana, siempre buscando el fresco del norte o la facilidad que te dan para esa forma de viajar en Francia. Tenemos miles de buenos recuerdos y muchos rincones descubiertos.




Hasta que un rinconcito de Cantabria, en los valles pasiegos, ejerció de imán. Yo tengo raíces en el lugar, pero a los cinco nos tiene enamorados, y hace un tiempo, empezó a ejercer su atracción. Ya no tenemos la autocaravana y hace tres meses compramos una cabaña pasiega en un valle precioso, con un gran prado bordeado por un río. Lugar fascinante para absorverte de naturaleza pura, muchas excursiones por hacer y para vivir esas temporadas con otro concepto del tiempo y del consumo.

















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