domingo, 16 de noviembre de 2014
Excursión al Túnel de La Engaña
Este año pasamos las vacaciones de verano en Santander. Estuvimos tres semanas disfrutando del paisaje, la tranquilidad y la gastronomía de los valles pasiegos. En tres semanas nos dio tiempo a saborear muchas cosas, entre ellas, una excursión que hicimos a un lugar que hacía mucho tiempo que queríamos visitar, el Túnel de La Engaña.
El Túnel de La Engaña fue construido utilizando reclusos republicanos en los años 40 del pasado siglo, como parte del proyecto de ferrocarril Santander-Mediterráneo, que pretendía unir el mar Cantábrico (puerto de Santander) y el mar Mediterráneo (puerto de Sagunto). No llegó a utilizarse nunca. Actualmente, es visitado por multitud de montañeros, ciclistas y excursionistas que disfrutan de una hermosa excursión en los montes de La Engaña.
Escogimos un domingo, no por nada en particular, sino por que amaneció con un precioso y despejado día, algo difícil de ver en aquella zona. Así que nos levantamos y nos dirigimos con la autocaravana hacia el Túnel de La Engaña.
La excursión comienza en la vieja estación abandonada situada a unos 7 km de la población de La Vega de Pas. Hasta aquí llegamos con la autocaravana, preparamos las mochilas con el aprovisionamiento para todo el día, y empezamos la excursión a pie. Lulo, nuestro perro, también quiere acompañarnos.
Para llegar hasta la entrada norte del túnel de la engaña, tenemos que recorrer unos 4,5 km, y atravesar tres túneles de menos de un kilómetro de largo. Desde la estación hasta el primer túnel hay unos dos kilómetros que transcurren entre zarzales repletos de moras, helechos y bosque. Los niños recolectan moras y corren arriba y abajo, inspeccionando cualquier bicho que se cruzase por el camino.
Ya en la entrada del primer túnel, los niños están deseando encender sus linternas y empezar la aventura de atravesarlo a oscuras. Tras pasar el primer túnel el paisaje es espectacular. Un valle impresionantemente verde, del cual formamos parte, aparece ante nosotros.
Continuamos atravesando el segundo túnel, éste más corto que el anterior. Los niños empiezan a cansarse un poco pero siguen dispuestos a continuar la excursión. Por el camino nos vamos cruzando con grupos de personas que están de vuelta de la excursión y les vamos preguntando sobre la ruta.
Al fin llegamos al tercer túnel. Cairo empieza a cansarse de verdad y hacemos una pausa antes de entrar al túnel. Justo en la entrada, rezuma el agua pura por la pared de la montaña e intentamos recoger un poquito con la ayuda de una botella. Mmmm, que buena y que fresquita está y que bien nos ha sentado el descanso.
Retomamos la ruta a través del tercer túnel y cuando salimos el paisaje cambia completamente. El camino por el que habíamos venido se reduce de repente a un sendero de apenas un par de metros que transcurre entre la espesa vegetación. Ya falta muy poquito. Nos acercamos al final del valle, donde se unen las montañas, y la entrada del túnel debe estar muy cerca.
Por fin, llegamos al Túnel de La Engaña. Descansamos en la entrada y aprovechamos para comer junto al río Engaña que sale de un lado del túnel. Estamos un poco cansados pero ha válido mucho la pena llegar hasta aquí.
Mas tarde, nos adentramos por la boca del túnel, a ver hasta donde llegamos. Hasta donde podemos ver con las linternas, el túnel es totalmente recto. La oscuridad es total. Nos adentramos 500 metros y decidimos dar la vuelta.
Ahora hay que volver. Tenemos que desandar lo andado, aunque ahora es cuesta abajo. Hacemos unas cuantas pausas durante el camino de vuelta. Arata nos enseña una pequeña serpiente que descansaba en un charco y que al oírnos salió corriendo a esconderse. También vemos una pequeña culebra que se nos cruza por el camino.
Ya de vuelta a la autocaravana, volvemos hacia Selaya.
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